El pasado julio fue un mes extremadamente intenso para las tareas de producción. Debido al aumento repentino de pedidos y a los ajustados plazos de entrega, todo el equipo de producción entró en un estado de trabajo de alta intensidad, y las horas extras se convirtieron en la norma. Al repasar el trabajo durante este período, se aprecian tanto trabajo duro como agotamiento, así como logros y crecimiento. Las horas extras constantes ejercen una gran presión sobre el cuerpo y el espíritu, especialmente durante la producción del turno de noche. Es necesario superar la fatiga y mantener la concentración para garantizar la calidad del producto. Aunque fue un trabajo duro, nadie en el equipo se quejó y todos se mantuvieron fieles a sus puestos con un gran sentido de responsabilidad.
Durante la ajetreada producción de proyectos de CIMC, es fundamental garantizar la calidad del producto. Al principio, algunos procesos presentaron defectos menores debido al ritmo acelerado, pero mediante una mayor autoinspección, la inspección mutua y la orientación y ayuda de los líderes de todos los niveles, la calidad finalmente se estabilizó y el procesamiento de las muestras de producto se completó con éxito.

Ante las estresantes tareas de la producción y el montaje de discos de ruptura, los compañeros tomaron la iniciativa para compartir la presión, los trabajadores cualificados incorporaron a nuevos empleados para que pudieran empezar con mayor rapidez, y los diferentes equipos se apoyaron mutuamente para garantizar el buen funcionamiento de la producción. Me conmovió profundamente este ambiente de unidad y cooperación. Los supervisores de taller y los líderes de la empresa también se involucraron en primera línea para coordinar recursos, optimizar los cronogramas de producción y brindar apoyo logístico, como comidas para las horas extras y materiales resistentes al calor, para que todos pudieran trabajar con mayor tranquilidad.
Aunque julio es muy agotador, ver los pedidos entregados a tiempo y el reconocimiento de los clientes demuestra que todo el esfuerzo vale la pena. Al mismo tiempo, seguiré mejorando mis habilidades y afrontando futuros retos con mayor eficiencia. La experiencia de este mes me ha hecho comprender profundamente que trabajar en primera línea de producción no solo requiere fuerza física, sino también sentido de responsabilidad y espíritu de equipo. A pesar del esfuerzo, cada logro me llena de satisfacción. El próximo mes, seguiré manteniendo una actitud positiva y asumiendo nuevas tareas con el equipo.











